viernes, 5 de junio de 2009

¿Qué quiere ser... puteador o puteado?

DÍA XXVI. DeC.

Resulta que me levanto tan de buena gana que hasta arreglo la bici. De hecho, estoy tan animao (así, animao sin d de dedo) que tiro con ella hacia Atocha para dar una vuelta. Volviendo por la calle Menéndez Pelayo, veo que hay un grupo de personas en bata concentradas delante del Hospital Niño Jesús.
"Pediatra emigrado... de Madrid", avisan porque en caso de que la Consejería de Sanidad cumpla sus intenciones, los médicos de los niños madrileños amenazan con irse a otras comunidades a ejercer.
A partir de ya, los nuevos contratados y los que estén en calidad de eventuales, tendrán que ejercer la mitad del tiempo de su horario en ambulatorios y la otra mitad en hospitales. Es decir, una locura que provocará que los niños no tengan siempre el mismo médico y que, si vas a un especialista al hospital, igual te atiende un pediatra que por la mañana estaba recetando supositorios en una consulta.
Total, que escuchaba lo que se decía por allí y la gente estaba bastante animada, incluso emocionada porque había un par de cámaras y todo. Les escuchaban, y todo había sido idea suya. Lo de protestar y esas cositas.
De pronto, cuando van a leer el manifiesto, aparece un camión de los servicios de limpieza. Se bajan dos operarios como si nada y se ponen a recoger unas ramas que había en el suelo. Todo esto con el camión arrancado. Así que nadie se ha enterado de lo que decían los pediatras en su lectura final. Los concentrados les han pedido respeto, pero "son ordenes señora" y un movimiento de hombros indiferente es lo más que han conseguido sacarles.
¿Casualidades de la vida? Porque mira que es grande la calle Menéndez Pelayo como para que a las 12, y justo a las 12, tenga que estar ese camión justo ahí recogiendo unas ramitas de un árbol.
"La sombra de Güemes y Aguirre es alargada", decía un fotero de El País. Y tanto... así que me voy para casa con la sensación de que, si encuentro curro, me convertiré en puteador o puteado. Ninguno de los dos me apetece mucho, pero bueno, es lo que hay.

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